Caro & Pau eran amigas de años, ambas tenían distintas personalidades pero sabían como llevarse entre ellas, se tenían bastante, cariño siempre una para la otra. Desde hace varios meses habían estado saliendo con Gustav Schäfer y Tom Kaulitz, miembros de la famosa banda Tokio Hotel. Sus relaciones iban como cualquier otra, aunque aveces las fans molestaban y los paparazzis se entrometían. Todo iba bien, tenían sus altos, sus bajos, iban bien todo marchaba como un cuento de hadas, era mágico… pero saben? No todo en esta vida es color rosa, no todo marcha tan bien sin razón, algunas veces, raras veces, la vida da vueltas dramáticas y ellas estaban por descubrir de la manera menos necesaria que los cuentos de hadas no existen…oh al menos no de la forma en la que ellas creían.

viernes, 21 de enero de 2011

Capítulo 4

Narra Pau:

Salí del baño envuelta en una toalla y vi mi celular junto con la respuesta de Caro, ahora mientras Tom estuviera en el estudio iría a traerla y saber que le pasaba, porque tanta la urgencia? algo estaba mal? yo no quería que ella estuviera sufriendo, así que me cambie rápido ya luego de seis meses Tom me había cedido parte de su gaveta para guardar ropa, apartando el hecho de que me la pasaba ahí los 7 días de la semana, desperté a Tom –Despierta dormilón :3- bese su mejilla delicadamente y separe sus trenzas pegadas en su frente –pero amor es de madrugada- dijo con voz somnolienta –jaja madrugada? Son las 12 Tom!- se paró de un brinco y me miro -12¿?- buscaba su reloj rápidamente –si, son las 12 y tenías que irte a la 1, apúrate hay que comer-si pero antes- levanto su ceja de manera sexy –Tom no te basto con lo de anoche?- trate de salir del cuarto pero me agarro fuertemente el brazo derecho –auch! Espera me estas lastimando- sus boca no se movía solo me observaba de pies a cabeza –Sabes? Te miras muy bien en pantalones ajustados- bajo su mano a mi trasero y lo apretó –me provocas… lo sabías?- lo mire frunciendo mi ceño –siempre los uso así- moví mi brazo tratando de soltarme pero su fuerza se incrementaba –suéltame Tom mucho sexo para ti- se tiro una carcajada haciendo la cabeza hacia atrás y luego de un movimiento rápido su boca estaba a milímetros de la mía –nunca, NUNCA es mucho sexo para mi ;)- solo mi brazo sin antes darme un beso rudo mordiendo mi labio derecho –baja que ahora llego solo me ducho rápido- toque mi labio caliente por el ardor, me vi en el espejo un rato, acomodé mi pelo y baje a la cocina ahí se encontraba Bill con su plato de cereal ya en la mesa y nos pusimos a conversar, me gustaba hablar con Bill, era dulce y aniñado tan.. tan inocente, me daba ternura era como un hermanito para mí, le desalborote el cabello que sabía no le gustaba y me senté junto a él para platicar mientras Tom bajaba…

Bill: te gustan las salchichas eh! –se rió de forma burlona-

Pau: hahahaha! Bill que cosas las que dices

Bill: te serviste muchas! O.O

Pau: solo son 3 –le saque la lengua para burlarme, sabía que eso le daba risa-

Bill: tu lenguita! :3 ya te dije que es muy pequeña?

Pau: HAHA! Enserio?

Bill: si! Osea, me imagino que a Tom le gusta

Pau: y mucho eh! ;)

Bill: iuughhhhhhhhhhhhhhhhhhh –se tapo los ojos-

Pau: estoy molestando Billuxo! Calmate hahahaha

Bill: no yo se que le gusta!

Pau: como lo sabes?

Bill: aay pau… -torció los ojos- como si no alabara de eso!

Pau: ¡HABLA DE ESO!

Bill: solo conmigo, cuando nos quedamos solos y hablamos estupideces

Pau: de eso hablan? No tienen nada mas de que hablar –me sonroje un poco, hablaban d cuando lo hacíamos con Tom? Nervios, talvez y si le decía que era gritona? No es que lo fuera claro pero...-

Bill: si, dice que mueves mucho la lengua

Pau: -juro que en ese momento me atragantaba con la salchicha dentro de mi boca-

Bill: -solo una carcajada que hasta los vecinos la escucharon- son bromas no te atores!!! -siguió riendo- bueno pero… anoche Uf! –levanto una ceja mirándome-

Pau: -oh dios!!! Creo que un tomate no se comparaba con mi color de piel en ese preciso momento- anoche¿? Que hay de anoche? Emm.. oh mira ya Tom se le enfría la comida

Bill: no me cambies de tema! Hahaha

Pau: emm…

Bill: hahaha gritas fuerte eh!

Pau: -creo que en ese momento mi mente se fue al mas haya y enserio ¡NO REGRESARIA!- yo? Haha –risa nerviosa- Bill de que hablas

Bill: aay vamoooos! No es como que no los hubiera escuchado, ustedes son adictos al sexo oh que? Bueno mi hermano si.. y buee ya que tu saliendo con el deberías de serlo también oh si no igual el te convertiría en alguien asi

Pau: pero no tanto eh!

Bill: bueno eso si no que Tom…

Tom: -pasando la puerta- ¿Yo?

Pau: -mi sonrisa fue inmediata, enserio Tom entraba por cualquier puerta y mis mejillas se enrojecían a la vez que mi corazón se aceleraba- si tú!

Tom: para que soy bueno? Aparte para lo que ya sabes –se rio junto a Bill-

Pau: para eso mismo, ven siéntate aquí ya tengo tu plato –le compartí una sonrisa inocente moviendo la silla a la cual me refería-

Tom: -se sentó-

Bill: oye cuñada y esas marcas?

Pau: -mire mis muñecas y me salió una sonrisa, yo sabía porque eran, pista: anoche…- oh nada Bill, el brazalete que me regalaste apretaba un poco y traía una banda para le pelo la cual enrosque sobre mi muñeca, debió ser por eso –mire a Tom, sabía que lo estaba gozando cargaba una sonrisa perversa de oreja a oreja- hoy saldré con Caro

Tom: ah sí?

Pau: si, me mando un mensaje y mientras estas en el estudio aprovecho para verla

Bill: que habrá pasado con su labio? No te conto si mejoro?

Pau: eh nop! Pero creo que de eso hablaremos hoy –su labio… ese ¿golpe?-

Tom: pero no te tardes, que te extrañare –metió su mano bajo la mesa rozando mi feminidad, acaso este hombre no se cansaba!-

Pau: claaarooo –quite su mano con despiste y me levante- gracias! Me tengo que ir en lo que llego ya serán las 2 bye! –bese los labios de Tom tiernamente pero este lo convirtió a un beso apasionado, Bill se nos quedaba viendo con ojos inocentes mientras jugaba con lo que quedaba en su plato- adiós cuñado, suerte en el estudio ¡

Subí al cuarto por mi bolso me di otra ojeada al espejo y baje hacia la cochera, estaba mi carro parqueado desde hace días no lo utilizaba ya que Tom me llevaba a todos lados, era un tanto controlador cuando se trataba de mí pero era normal no? Arranque el carro y por los espejos laterales observe como me alejaba de la casa de los Kaulitz lentamente para agarrar camino directo a la autopista, mientras pensaba ¿Qué pasaba con Caro?

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Narra Caro:

Abrí una de mis gavetas y saque una polera y un pantalón, me cambié rápido y salí al patio, me senté en el pasto mirando hacia abajo –que locura todo- dije en voz baja. El día estaba gris, estaba frio, quería comenzar a llover, un par de gotas mojaron mi rostro –¿estas llorando?- dijo Gustav sentándose a mi lado –no… es la lluvia que caerá en un rato- lo miré sonriendo. En sus gafas podía ver mi reflejo, sus ojos lucia vacios –bueno- dijo cortantemente –tengo que partir al estudio, Bill, Tom y Georg quedaron de estar a las 2 allá y yo también- lo miré nuevamente –yo saldré con Pau, iremos a comer algo… prometo llegar temprano Juschtel- una sonrisa macabra salió de sus labios –no… no te preocupes, llegaré unas horas más tardes- besó mi frente tiernamente y se levantó para ir hacia su auto. ¿Llegar más tarde? ¿dónde iría?. Eso no me gustaba para nada. Encendió el auto y partió, me quede sola en el patio delantero, hacia un frio endemoniado, así que entré y fui con un polerón que me quedaba un poco ancho en los brazos y volví a salir. No sé cuando tiempo estuve sentada, hasta que un auto paró en frente a la casa, levanté la vista y vi a Pau –sube Caro!- me gritó desde el interior, me puse de pié y corrí hasta la puerta, la abrí y me senté:

Pau: -me miró- ¿estas bien? ¿pongo la calefacción? –dijo acercando su mano al panel-

Caro: -la miré- por favor… -miré por la ventana- podemos… ir a tomar café o algo? necesito contarte algo serio –jugaba con mis manos nerviosamente-

Pau: claro! donde tú quieras –dijo mientras aceleraba, me miró por un momento- Carolina… te repito mi pregunta, ¿estas bien?

Caro: -la miré con lagrimas en los ojos, no sabía cómo responderle- algo así –suspiro-

Pau: ¿como así? dime, no tengas miedo, tu sabes que somos tumbas una para la otra, nada sale de aquí –estacionó y tomó un polerón y se lo puso- ¿bajamos?

Caro: -asentí con la cabeza- vamos –abrí la puerta y accidentalmente me golpeé la cintura, di un pequeño grito de dolor – oh mierda! –intenté disimular. Cerré la puerta para esperar a Pau-

Pau: -bajó y corrió hacia mí, me abrazó fuertemente- ¡que te paso!- dijo –ahora si tenemos, ¡tenemos! que hablar, ¿entendido?

Caro: -la miré- nada… me golpeé la cintura pero.. no es nada – coloqué mis manos justo en donde estaban los moretones hechos por Gustav para disimular- y hablaremos… vamos por un café –entré al café y fui a comprar dos. ¿Cómo le diría a Pau lo que sucedia? Se que es mi mejor amiga, pero ¿podría confiarme este secreto tan grande?. Tomamos nuestros vasos y nos sentamos. No la quería mirar, solo miraba la mesa blanca que tenia en frente-

Pau: ¿Caro? que pasa? te hice algo? que te pasa, por qué actuas asi?

Caro: -intentaba no romper en llanto... no hallaba las palabras exactas para describir lo que me estaba sucediendo, tomé un sorbo de mi café y la miré -Pau... no se que es lo que sucede con mi Gustav -mis ojos se llenaron de lagrimas, la miré a los ojos- recuerdas... recuerdas lo que pasó en casa de Simone y Jörk? -mis manos comenzaron a sudar-

Pau: si –dijo casi sin voz- recuerdo, por qué? que paso en esa cocina, ¡quiero la verdad! –miró mis manos -¡dios que pasó!

Caro: -descubrí uno de mis brazos- no se… ¡no se que le pasa! está tan agresivo… -rompí en llanto-

Pau: ¡tu brazo! Como? que? cuando? ¡que pasó!... espera no llores –me respondió exaltadamente mientras se sentaba a mi lado-

Caro: -la abrasé fuertemente- en esa cocina... me dio un golpe sin razón, ya en casa me maltrató y me amenazó Pau... ¡me amenazó! -mis llantos comenzaron a ser mas fuertes- esta extraño... a momentos es mi Gustav, a otros es... es una bestia agresiva, compulsiva, asquerosa... ¿¡que hago mal!? -me acomodé en su pecho y cerré mi ojos para intentar calmarme... pero era imposible recordando cada escena en mi mente, los golpes, los gritos... ese no es mi tierno Gustavito... es un monstruo-

Pau: calma calma! ahora yo estoy contigo, nadie te lastimará –decia mientras acariciaba mi cabello- no estés así! estás segura? tal vez era… estrés?...... no nada de eso! él no tuvo que haber hecho eso, que le pasa!

Caro: no lo se... tengo moretones en los brazos, manos, mi cintura... mi boca esta morada y no lo comprendo! -la miré a los ojos- no me deja contárselo a nadie ¡nadie! -a mi mente vinieron muchos recuerdos de cuando lo conocí, sus formas de hablar tan cohibidas, sus tartamudeos, los juegos con sus manos... donde estaba mi osito?- tengo miedo Pau... miedo a que esto pase a mayores

Pau: calma caro que todo saldrá bien! –decía intentando calmarme- te sales de esa casa ahora! no puedes estar ahí y si te lastima otra vez? no quiero que nada te pase

Caro: ¡NO! -exclame asustada- no puedo irme... no no no -escondí mis brazos- no puedo no puedo... se enojaría y me buscaría! no quiero problemas -irme? quizá sería una buena idea... pero con terribles consecuencias-

Pau: pero le vas a soportar eso? le pego! –me miró a los ojos- pero caro… estás segura? Piénsalo, y si empeora?

Caro: si empeora... si empeora tendré que escaparme... tengo miedo Pau -la miré fingiendo estar bien... ella tenía razón, debía irme y dejarlo solo ¡solo! pero... pero lo amo y no puedo hacerlo, no puedo dejarlo así como así -mucho miedo

Pau: está bien y… mmm –hizo una pausa pequeña- por qué no le das dos días? solo dos! Miras si sigue igual, y si no… me llamas inmediatamente… te parece?

Caro: y si... y si de aquí a dos días ya ni siquiera logro comunicarme contigo? confió en que se le pasará todo eso... confío en él -suspiré- por favor, no le digas nada a Georg, mucho menos a Bill y Tom! no lo debe saber nadie porque son capaces de matar a Gustav.

Miré a Pau y vi como sus ojos se abrían exaltadamente. Una mano fría se posó en mi hombro y lo apretó suavemente –acabo de escuchar mi nombre ¿de qué hablan?- exclamó una voz curiosamente. ¿¡Quién era!?

jueves, 20 de enero de 2011

Capítulo 3

Narra Caro:

Me bajé de la mesa y caminé hacia la habitación de ambos, no quería entrar por temor a que me pudiera hacer algo aquel hombre tan agresivo con el cual yo convivía. Caminé por el pasillo a paso sigiloso y giré lentamente la perilla, abrí la puerta y lo vi despojándose de su polera, su tatuaje brillaba a la luz y su espalda se veía pálida. Entré y cerré la puerta cuidadosamente, tome mi pijama y me encerré en el baño con seguro, me miré al espejo y me largué a llorar. Mis lagrimas caían en mis pantalones tan rápidas como gotas de lluvia, estaba desconsolada. Me sequé las lágrimas, me puse pijama y salí. Gustav estaba recostado en la cama jugando con su PSP, tire mi ropa a un rincón y me recosté en mi lado de la cama en posición fetal. Los ruidos del juego de Gus me hacia recordar la escena de la cocina en casa de Simone y Jörk, ¿por qué lo hizo? ¿acaso no veia que me daba miedo ahora?. Los ruidos cesaron y la luz se apagó, una mano tibia se posó en mi hombro y luego apretó fuertemente uno de mis brazos –buenas noches… duerme bien- sentí un beso en mi mejilla. Comencé a tiritar y sollozar hasta caer en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, el sol me despertó tocando mi rostro con sus sutiles tibios rayos al alba. Abrí mis ojos y giré hacia mi derecha, estaba él, mirándome tiernamente –buenos días mi vida- me dijo -¿dormiste bien?- una sonrisa brotó de sus labios. –Buenos días- dije tímidamente mirando las sábanas, con sus grandes y suaves manos tomó mi rostro y lo levantó, haciendo que nuestras miradas se juntaran y me besó –¿quieres algo especial de desayuno?- me preguntó colocándose de pie –no Gustav… lo que me quieras hacer- le respondí nerviosa, él asintió con la cabeza y salió de la habitación. Me recosté y tome mi teléfono para mandarle un mensaje a Pau “Morgen! necesito que nos juntemos urgente esta tarde… estas libre? necesito desahogarme… Besos, Caro”. Dejé el celular en el velador y levanté los brazos, en uno de estos tenía moretones… eran las manos de Gustav ¿qué hacía para cubrirlos?, cerré los ojos y cubrí mi rostro con las manos. Los pasos de Gustav se acercaban, abrí los ojos y lo vi parado en la puerta con una bandeja en las manos –siéntate preciosa- dijo dulcemente mientras entraba, lo miré y me senté en la cama con las piernas cruzadas –que… ¿qué trajiste Juschtel?- le pregunté mirando la bandeja –café, tostadas y jugo de naranja natural- respondió sentándose a mi lado –mmm ¡yummi!- exclamé tomando una tostada y poniéndomela en la boca. Gustav me miró y sonrió. Creía que todo había pasado… que todo había sido producto del estrés del dia de ayer, que no estaría mas agresivo conmigo… pero me equivoqué. Cuando estire uno de mis brazos para tomar mi taza de café, lo agarró fuertemente y lo tiró –¡mas te vale no decirle a nadie lo que te sucedió en los brazos!… ¿estamos claros?- me dijo agresivamente mirándome a los ojos. Su mirada era tan fría, mis ojos se llenaron de lágrimas y un chillón y pequeño “si” logró brotar de mis labios. Sonrió hacia un lado y me soltó. Siguió comiendo. Un pequeño sollozo salió de mis labios -¡silencio!- exclamó Gustav al mismo tiempo que soltaba un manotazo sobre mis labios bruscamente, logrando romperlo nuevamente –no vuelvas a llorar… ¿entendido?- tapé mi boca y sentí con la cabeza, tomé mi teléfono y me encerré en el baño nuevamente. Di la llave de la ducha y me tiré a un rincón a llorar. Sonó el tono de los mensajes –“Sisisisi! Claro estoy libre, caro que paso? Anoche… todavía tengo esa duda eh! No me vas a dejar asi te paso a traer mas tarde solo me marcas la hora, te quiero!” era Pau, contesté como pude “Puede ser después de las 2? No me dejes plantada por favor!!!”, escondí mi rostro en mis rodillas y continué llorando. Unos golpes me hicieron levantar la vista, unos golpes bestiales a la puerta, escondí mi teléfono y metí mi cabeza a la ducha, mojé mi cabello y corté el agua, agarré una toalla y fingía secarlo. Abrí la puerta y salí –te demoraste demasiado- me reprochó seriamente, intenté ignorarlo. Caminé hacia la cama y lo miré, me agarro de la cintura con brutalidad –mas te vale no esconderme algo- apretó fuertemente mi cintura, dolia de una forma incontrolable -¿entendido?- asentí con la cabeza. Sonrió satisfactoriamente y se fue.


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Narra Pau:

Entramos a la habitación a base de empujones y jalones con pasión, sentía las manos de Tom arrancándome la ropa tan rápido como estas se lo permitieran, mis manos descontroladas por toda su espalda empezaban a bajar, Tom me tiro a la cama y se quedo parado mirando fijamente mis ojos mientras yo caía en las sábanas, acomode mi pelo para poderle mirar y sus ojos, esos ojos me desnudaban sin tocarme, con solo mirarme mi cuerpo empezaba a temblar, sabía lo que se venía… Tomo su polera y la tiro contra el piso, bajo sus pantalones quedándose en bóxers, su bulto ¡ese bulto! Se le notaba a distancia por debajo de los bóxers pareciera como que saldría para cobrar vida propia, se poso rápidamente sobre mi como tal bestia intimidando a su presa antes de un ataque, sentí su boca embestir la mía con tremenda fuerza –despacio Tom- pude decir entre besos y caricias –no te preocupes, no es como si te fuera a romper! – esas palabras susurrando en mi oído con su tono de voz tan macabro, su sonrisa maliciosa brotando de él tan normalmente, arranco mi ropa interior y la tiro a un lado, empezó a besar cada centímetro de mi cuerpo haciéndome temblar y aferrarme a su cuerpo, lo necesitaba tanto como el me necesitaba a mí esa noche oh al menos asi se notaba, me consumía con cada beso, su lengua se pasaba por cada parte de mí, bajo lo último que le quedaba de ropa para dejar salir su miembro endurecido sobre mí, en un pestañear de ojos ya estaba dentro de mí dándome embestidas que jamás en mi vida me habían dado, el sabía ¡sabía lo que hacía! Un gemido dejo escapar sobre mis pechos, los cuales agarraba con tanta pasión, mis gemidos se hacían difícil de ocultar –despertaras a la cuadra- dijo entre suspiros, su cara estaba tan llena de lujuria de solo verlo se me aceleraba el corazón, ahogaba mis gemidos con su lengua en mi boca, sus besos se hacían cada ves mas pasionales, las embestidas empezaron a acelerarse –no, no, no aún no- le dije como pude, el solo sonrío sabiendo de que le hablaba me agarro de la espalada separándome de la cama y parándome de un solo, empujo mi cuerpo contra la pared con tal brutalidad –auch!- salió de mi boca pero el no se detenía –así que eso te dolió? Espera que hay mas- sonrio ala vez que lamio sus labios de la manera más sexy posible, agarro mis manos levantándolas por arriba de mi cabeza azotándolas contra la pared, dio unas embestidas mortales, juro sentí que llegaba al cielo y tocaba las estrellas y luego de la ultima embestida con la que se dejo ir, terminamos tirados sobre la cama con las sábanas sobre el piso sin decir ni una palabra solo tratábamos de recuperar el ritmo normal de nuestra respiración –mejor no pude haber estado- eso fue lo último que salió de su boca antes que cerrara sus ojos mientras yo lo observaba con una sonrisa satisfecha, mire mis muñecas y se apreciaban unas pequeñas marcas rojas, no tan fuertes a la mañana siguiente ya no estarían, suspire profundo y eso basto para cerrar mis ojos y abrirlos hasta la mañana siguiente.

-Riiiiiiiiiiiiiiiiing riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing

Apaga eso! – dijo Tom –ya voy- abrí un ojo para leer el mensaje que marcaba la pantalla de mi celular -“Morgen! necesito que nos juntemos urgente esta tarde… estas libre? necesito desahogarme… Besos, Caro”- caro? Que habrá pasado? Me sente en la cama mientras restregaba mi mano con mis ojos para despertarme un poco y agarre el celular –“Sisisisi! Claro estoy libre, caro que paso? Anoche… todavía tengo esa duda eh! No me vas a dejar asi te paso a traer mas tarde solo me marcas la hora, te quiero!”.- ese mensaje me dejaría inquieta hasta verla, sería por lo de la cocina? Que habrá pasado tras esas paredes con estos dos? Bueno espero me lo dijera en la tarde, mire a Tom de reojo y seguía durmiendo, me pare fui hacia el baño a lavarme la cara y luego a tomar una larga ducha, pasado lo de anoche enserio la necesitaba y para saber lo que vendría en ese día hubiera pensado dos veces antes de salir del baño, no sabía lo que iba a suceder oh de lo que me iba a enterar pero estoy segura, ese día sería más largo de lo que me imaginaba.

miércoles, 19 de enero de 2011

Capítulo 2

Narra Pau:

No sabía lo que había pasado pero esos ojos llamaban mucho mi atención quería ir hacia ella y abrazarla, preguntarle si estaba bien si necesitaba algo? Cuando sentí una mano apretar la mía, la de Tom, -espera ahora vengo- le dije – No, mira ya Gustav fue con ella – observe como se la llevaba a la sala para ver si se paraba de brotar sangre Simone se levanto por el botiquín de primeros auxilios y fue con ellos también los demás seguimos con la cena aunque el ambiente se tornara un poco inquieto y el aire se sintiera espeso, terminamos de comer todos en la mesa como si nada hubiera pasado, luego los G’s salieron a su casa Gus llevándose a Caro con ella, Tom y yo subimos a la alcoba de el, su casa era grande bien me podía perder si no estaba en su compañía pero para mi suerte el siempre estaba ahí conmigo, para ser sincera siempre estaba ahí no es que fuera nada malo y aparte me alegraba su presencia, llevábamos saliendo talvez unos 6 meses, no es que llevara la cuenta ni nada pero si, aproximado era eso y la mayor parte del tiempo lo pasábamos en la cama, les conté que era un dios del sexo? Bueno pues ¡LO ERA ¡ ese hombre sabía como hacerte vibrar, sabía donde tocar, donde mover y como, era espectacular! Y es más eso parecía su recarga de energías se sentía mal quería hacerlo, andaba feliz quería hacerlo, sentía estrés quería hacerlo, salíamos y antes quería un, como le llamaba? Oh sí! Un rapidito, claaaro su rapidito duraba mínimo 2 horas parecía loco verdad? Pero asi era mi Tom, unos días dulce, unos días inquieto, algunos tierno pero siempre con ganas! Bueno como sea, ibamos caminando por el pasillo que llegaba a su alcoba acompañados de Bill mi lindo y dulce cuñado, parecía algo raro a primera vista y no lo digo solo por la vestimenta, sino el en sí era alguien misterioso, dulce, pero misterioso, su cuarto quedaba junto con el de Tom estos dos no se separaban por nada del mundo solo faltaba que se les ocurriera hacer un trío espera! Tom lo propuso una vez! Sisi ya recordé! Pero Bill, tierno y dulce Bill, como el iba a aceptar algo de eso si… su hermano estaba loco por sexo pero el era un ángel, aunque fueran gemelos idénticos al mismo tiempo eran tan diferentes y eso era bueno.

Entramos a su cuarto sin antes darle las buenas noches a Bill, le bese la mejilla mientras sentía la mirada penetrante de Tom observándonos en la puerta, sonrió y se lamió los labios, le di un empujón inocente hacia su recamara y eso hizo que se encendiera esa chispa que nunca se apagaba dentro de él, esa chispita que un día llegaría a ser grande y hablo enserio muy grande, tan grande que llegaría a quemarme…

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Narra Caro:

Intenté seguir comiendo, creyendo que nada había sucedido en aquella cocina pero era imposible, mi boca ardía, y de esta, brotaba mucha sangre y me era difícil disimular. Sentía las miradas de todos clavarse en mi, era intimidante –ven Caro- me dijo Gustav agarrándome del brazo interrumpiendo la cena –vamos a la sala a verte esa boquita de cristal-. Tuve que levantarme junto con él y caminar, me senté en una silla tapándome la boca, él me pasó una servilleta –se mas disimulada- decía enojado –ahora mas te vale dejar de sangras… o te daré motivos para escupir sangre, ¿estamos claros?- mis manos tiritaban, intentaba mirarlo a los ojos pero el esquivaba todo contacto visual conmigo. Unos pasos nos interrumpieron, era Simone que traía un botiquín –déjame ayudarte con eso pequeña- dijo amablemente acercándose, Gustav me miró fríamente y se retiró al baño. Simone era una dulce, me revisó el labio y se preocupó de que no sangrara mas –pero, ¿cómo es posible que sangraras tanto por un golpe tan pequeño?- dijo preocupada. Mis manos sudaban de nervios, no sabía que contestarle –es que… tengo piel muy sensible y por esa razón… sangro más de lo usual- no sé si habrá creído mis palabras, pero ella solo respondió con una dulce sonrisa.

Luego de la cena, era tiempo de partir. Me despedí de todos y me subí al auto con Gustav, como siempre, yo iba en el asiento del copiloto. Aun no comprendía, ¿por qué Gustav había reaccionado tan violentamente? ¿acaso hice algo mal? ¿hice algo que no debí?. Mis preguntas rondaban mi cabeza en busca de respuestas. Llevábamos algo así como 6 o 7 meses juntos, y en todo ese tiempo, siempre fueron caricias, besos, abrazos, salidas a caminar con nuestro cachorro, salidas con los chicos, cenas románticas… pero nunca un golpe. Gustav conducía rápido, iba a toda velocidad, lo miraba a ratos pero él no despegaba la vista del camino de enfrente. Comencé a mirar por la ventana, a ver las casas y reflexionar un poco… ¿qué estaba haciendo mal? –no quiero verte mas con Georg, ¿estamos claros?- dijo Juschtel enojado con las manos en el volante –con… ¿con Georg? ¿por qué?- respondí tímidamente, con miedo a una respuesta violenta. No obtuve respuesta, sus labios estaban rígidos.

Gustav estacionó el auto en la entrada de su casa –entra- dijo con un tono frio y cortante, lo quería desobedecerlo, así que bajé y entré, quedándome estática al lado de la mesa. Gustav entró y cerró la puerta violentamente, caminó y quedo en frente mío, mirándome a los ojos rígidamente –ya te dije… no te quiero ver más cerca de Georg…- mis temores crecían aun mas –pero… que sucede Gustav?- le dije con voz tiritona -¡nada!- exclamó, me tomó de la cintura y me beso bruscamente, casi obligándome, me tomó y me sentó sobre la mesa. Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda hasta llegar a mi cuello y subir lentamente hasta mi cabello, su boca besaba sutilmente mi cuello, haciéndome retorcer de nervios… hasta que tiró de mi cabello con total brutalidad –para la próxima, será peor-susurró. Tiró mas fuerte y se alejó caminando hacia su habitación… Dónde está mi gordito tierno? creo que me lo han cambiado por una bestia gruñona y… agresiva.

Capítulo 1

Narra Caro:

¿Cuál será el afán de Simone y Jörk de celebrar el cumpleaños de Bill y Tom en Alemania? Según lo que me han contado, siempre lo hacen, es casi una tradición. Estaba sentada en uno de los sofás de la casa, a mi lado estaba Paula, la novia de Tom. Es una de mis mas cercanas amigas.

La casa tenía una fragancia a vainilla y por la ventana, se lograba ver como caian las hojas lentamente, marchitadas por la aproximación del otoño. Las risas de Bill y Tom retumbaban por la casa, Georg aun no llegaba. La mesa tenia 8 puestos, platos, chucharas, tenedores y cuchillos, todos perfectamente alineados unos con otros. –Y… ¿comeremos vegetariano o dulces o que?- dijo Paula mirando disimuladamente hacia la mesa, la miré y sonreí –supongo… que algo vegetariano-. Unas manos taparon mis ojos, estaban tibias y un poco asperas. Una pequeña risa coqueta se hizo escuchar –Gustav- exclamé exaltada. Sonó el timbre, era Georg que llegaba tarde como es de costumbre –¡yo voy!- exclamé. El rostro de Gustav mostraba enojo. Corrí a la puerta y la abrí –disculpen la tardansa… culpa del trafico- dijo, me abrazó y entró. Cerré la puerta. La mirada de Gustav se posó en mi, estaba furioso. No entiendo que era lo que pasaba por su cabeza, asi que me acerqué a él y le besé su mejilla. -¡A comer!- exclamó Simone, Paula se paró y le dio la mano a Tom. La mesa estaba ordenada de la siguiente manera: Bill-Tom-Paula-Georg-Yo-Gustav-Jörk-Simone, en el centro había un pavo vegetariano, con muchas salsas a su alrededor y en cada plato una porción de puré de papas. Nos sentamos todos y alzamos nuestras copas –quiero hacer un brindis- dijo Simone colocándose de pie –por mis bellos hijos, Bill y Tom, que hoy celebran su cumpleaños y aprovecho de darle la bienvenida a la familia a mi nuera Paula… bienvenida y ¡salud!- alzamos nuestras copas y las hicimos sonar. Al bajarlas, Gustav golpeó muy fuerte la suya, quebrándola en miles de pedacitos –pero que tonto soy… ire por otra- dijo parándose de la mesa –te acompaño- le dije tiernamente mirándolo a los ojos –y… para que?- preguntó Georg mirando el mantel manchado con vino –pues, porque quiere acompañarme… no preguntes estupideces le respondió fríamente Gustav llendo hacia la cocina. Me coloqué de pie y lo seguí. Al entrar, Gustav encendió la luz y se apoyó en el fregadero con la cabeza baja. Me acerqué a él y le toqué el hombro –te pasa algo Gustav? te noto enojado- su reacción fue brusca: me dio un golpe en la boca con el puño. –Callate… no tienes derecho a preguntarme idioteces… te ví- mis ojos se llenaron de lagrimas –Gustav…-logré decir antes de sentir un chorro de sangre salir por mi boca –y que esto te sirva de lección… compórtate- dijo agarrando una copa y volviendo al a mesa. Tomé un paño de cocina y me limpié la boca rápidamente, seguía sangrando, me mordí el labio y volví a la mesa. -¿¡Pero que te sucedió!?- exclamó Tom al verme la boca manchada con rojo –nada… se aturdió y se dio con un mueble en la boca, eso es todo- dijo Gustav sirviéndose vino –pero… ¿estas bien?- volvió a decir, asentí con la cabeza. Contuve las lágrimas y miré disimuladamente a Pau mordiéndome el labio. Tenia miedo.

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Narra Pau:

-No Tom tu regalo viene en la noche ;)-, -pero por qué? –decía Tom haciendo pucheritos, se miraba bien haciendo carita de bebe- estábamos en la casa de mi suegra con las ganas de celebrar el cumpleaños de mi amado y su gemelo, Caro mi buena amiga me acompañaba, ella salía con Gustav amigo de los gemelos y la verdad todos nos llevábamos bien, aunque habían veces que las dos quedábamos pensando, pero era lo normal, estábamos sentados esperando la comida y claro a Georg que nunca llegaba, tocaron la puerta y Caro se ofreció a abrirla, Georg entro y pude ver como corría Caro hacia la puerta al mismo tiempo que volteaba vi a Gustav… la mirada que Gustav le brindo no era una muy buena, me dio incluso escalofríos de solo observarlo sabía que ese día sería largo día, pero no me imaginaba que tan largo…

Pasamos a la cocina eh hicimos un brindis, Bienvenida a la familia!- esas palabras se sentían tan bien, no hacia tanto tiempo que salía con Tom pero ese lapso había sido emocionante, levante mi copa con una sonrisa enorme sintiendo mis mejillas enrojecerse observe a Tom y el me miraba con ojos pícaros, claro el siempre cargaba esos ojos llenos de lujuria y deseo, pero esta noche tenían algo más, Gustav era algo torpe, no tanto como Georg tengo que decir, pero cuando apretó esa copa tan fuerte los cristales de la copa rompieron en millones dejando caer el vino a la mesa, se levantaron junto a Caro.. aww Caro era una niña tan tierna, lo miraba con ojos de cachorrito cuando se refería a Gustav, lo siguió hacia la cocina, no recuerdo como ni el momento exacto pero se escucho algo y miré a Tom con ojos exaltados pero este se quedo igual, di un sorbo a mi copa cuando vi salir a caro, si, la misma niña tierna venía con un paño en la boca escurriendo sangre ¡SANGRE! Mientras Gustav venia tan tranquilo, Caro me vio y en ese momento me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, esos ojos con los que ella miraba no eran los mismos de la misma niña tierna que yo conocía, simplemente no eran los mismos…